La crema de leche, también conocida como nata o crema de leche de vaca, es un ingrediente esencial en muchas recetas de cocina. Se trata de la capa más grasa que se encuentra en la leche y se obtiene mediante la separación de la grasa del resto de los componentes líquidos de la leche. La crema de leche tiene un sabor suave y una consistencia suave y cremosa, lo que la convierte en un ingrediente versátil en la cocina.
La crema de leche se puede utilizar en una gran variedad de platos, desde postres hasta salsas y guisos. Uno de los usos más comunes de la crema de leche es en la preparación de postres, como el famoso flan, el pastel de tres leches o el arroz con leche. La crema de leche también se utiliza como ingrediente en la preparación de salsas y guisos, como la salsa bechamel o el guiso de pollo a la crema.
Además de su delicioso sabor, la crema de leche también aporta beneficios nutricionales. Es rica en proteínas, calcio y vitamina A, lo que la convierte en una opción saludable en la alimentación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la crema de leche también es alta en grasas, por lo que se recomienda consumirla con moderación.
Crema de leche casera
La crema de leche se puede comprar en la mayoría de los supermercados en diferentes presentaciones, como crema de leche entera, semi-descremada o descremada. También se puede preparar en casa mediante la separación de la grasa de la leche. Para hacer crema de leche casera, se puede seguir este sencillo procedimiento:
Calentar la leche en una olla a fuego medio-bajo hasta que alcance una temperatura de unos 80 grados Celsius.
Agregar una pizca de sal y unas gotas de limón para ayudar a separar la grasa de la leche.
Dejar reposar la leche durante unos minutos para que se forme una capa de grasa en la superficie.
Con ayuda de una cuchara o una espátula, retirar cuidadosamente la capa de grasa y colocarla en un recipiente limpio.
Dejar enfriar la crema de leche y guardarla en el refrigerador hasta su uso.
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