¡Hola amigas y amigos de Paulina Cocina! Bienvenidos al mundo crujiente y saludable de los brotes de soja, también conocidos como dientes de dragón.
Seguramente los vieron de reojo en el súper y se habrán preguntado, ¿para qué se usan? La buena noticia es que se pueden hacer muchas recetas con brotes de soja.
Estos pequeños amiguitos alargados y blancos son el ingrediente perfecto para darle un toque crujiente a muchas comidas, y además otra buena noticia es que tienen muchos nutrientes y proteínas.
Antes que nada ¿Qué son los brotes de soja? Los brotes de soja son el germinado de la semilla (poroto, frijol) de soja, que da por resultado unos tallos blancos y crujientes con un sabor suave y un toque ligeramente fresco.
Aunque pueden parecer frágiles, estos brotes están llenos de nutrientes, ya que contienen proteínas, fibra, vitaminas y minerales.
Las recetas con brotes de soja son parte de la cocina asiática desde hace siglos, y hoy en día también son populares en otras partes del mundo, ¡por algo será! Su versatilidad permite usarlos en diversas comidas con brotes de soja como ensaladas, salteados y sopas.
Las recetas con brotes de soja tienen un toque crocante y fresco que cambia cualquier comida. Si nos preguntamos ¿cómo preparar brotes de soja?, la respuesta es que pueden usarse tanto crudos, dándoles un buen enjuague, como ligeramente cocidos, para que no pierdan su textura y frescura.
Otras de las recetas con brotes de soja habituales son los salteados de verduras, sopas y ramen, pero también se van bien con unos fideos o un arroz. Así que ante la pregunta de qué hacer con brotes de soja, la respuesta es clara: cualquier receta que amerite un toque fresco y crunchy.
¿Cómo se guardan los brotes de soja? Aquí van 4 maneras de guardar los brotes de soja para aprovechar al máximo su frescura y evitar que se oxiden. Pero antes de guardarlos es importante remojarlos en abundante agua con un poco de limón o vinagre, y luego escurrirlos bien.
Para quienes quieran hacer recetas con brotes de soja caseros, el proceso es sencillo: sólo se necesita un puñado de porotos (frijoles) de soja, agua, un recipiente de plástico o de vidrio con agujeros en la tapa, agua y paciencia.
Inicialmente hay que remojar los porotos durante 8-12 horas, luego enjuagarlos y humedecerlos todos los días en el recipiente con la tapa agujereada para poder escurrirlos, conservándolos en un lugar oscuro.
Después de unos 5 a 7 días humedeciendo los porotos, empezarán a germinar y se podrá disfrutar de unos brotes caseros. Antes de preparar nuevas recetas con brotes de soja hay que lavarlos bien y, en lo posible, quitar los restos de semilla que queden.