¡Bienvenidos y bienvenidas a Paulina Cocina! Hoy queremos invitarlos al maravilloso mundo de los grisines, esos palitos doraditos y crocantes que se suelen ofrecer en las paneras de los restaurantes y a los que es difícil resistirse, ¡sobre todo con el estómago vacío!
Porque, digamos todo, uno se puede comer un paquete de grisines en pocos segundos y casi sin pestañear. Pero qué les parece hacerlos caseros para ponerle onda a esa panera pre-comida en casa o mejor, unos grisines saborizados para disfrutar en una picada y sumergir en un rico dip.
Por eso, hoy vamos a hablar de la historia de estos palitos saborizados, sus secretos y, por supuesto, vamos a contarles cómo hacer grisines caseros fáciles, los tips para hacerlos saborizados y una receta de grisines que se viene con todo.
Tabla de Contenidos
Sobre los Grisines
Los grisines son esos palitos alargados y crujientes que se encuentran en cualquier restaurante o en las panaderías de barrio. Son el acompañamiento ideal para una picada, una sopa o simplemente para picotear mientras esperamos que llegue la comida.
Suelen estar hechos a base de harina, agua, levadura y aceite, pero pueden tener variaciones como los grisines con aceite de oliva, o la opción con harina integral o saborizados con especias y semillas.
La clave está en lograr esa textura perfecta: crocantes por fuera, livianos por dentro y con el punto justo de sabor. Y aunque parecen simples, tienen su ciencia y su historia.
Historia y origen de los grisines en Argentina
Si bien tienen su origen en Italia (grissini), específicamente en la región de Piamonte; llegaron a Argentina de la mano de la inmigración italiana, como tantas otras delicias locales.
Se dice que su creación data del siglo XVII, cuando un panadero piamontés ideó estos palitos crocantes para el duque Vittorio Amedeo II, quien tenía problemas digestivos y no podía comer pan común.
En Argentina, los grisines caseros se convirtieron en un clásico infaltable en cualquier mesa. Están en los restaurantes junto a la panera, en las picadas con fiambres y quesos, y hasta en las meriendas con un buen café con leche o mate. Y, por supuesto, no faltan las versiones más gourmet de esta opción saborizada para los que buscan algo diferente.
7 Atributos que nos encantan de la receta de grisines
- Textura crocante: Deben ser livianos y crujientes, pero no duros como un ladrillo.
- Sabores variados: Desde los clásicos con aceite hasta los palitos saborizados con ajo, orégano, queso o semillas.
- Forma alargada y uniforme: No vale hacer cualquier cosa, aunque un toque rústico y divertido nunca está de más.
- Tiempo de levado corto: A diferencia del pan casero, la masa no necesita muchas horas de espera.
- Horneado rápido: Se cocinan en pocos minutos.
- Acompañamiento perfecto: Combinan bien con dips (pruébenlos con un dip de maní y aceitunas o con un hummus de garbanzos), quesos, embutidos, y hasta solitos son un vicio.
- Pueden guardarse varios días: Bien almacenados, en un frasco hermético, duran mucho sin perder crocancia.
5 Secretos para que los grisines caseros queden crujientes
- Amasado justo: No hay que pasarse con el amasado, ya que necesitan una masa liviana.
- Estirar bien finos: Cuanto más finitos sean, más crujientes van a quedar.
- Hornear a alta temperatura: El horno debe estar a 180-200°C.
- Tiempo de cocción: Se cocinan de 15 a 20 minutos, dependiendo del grosor. La idea es que se doren sin quemarse y que queden bien secos.
- Enfriado: Dejarlos enfriar en una rejilla para que queden bien crocantes.
La mejor forma de darle un toque gourmet a la receta de grisines
Los grisines saborizados son una gran oportunidad para jugar con los condimentos y darles un toque gourmet. Para quienes disfrutan de sabores intensos, una mezcla de orégano y ajo en polvo es un éxito asegurado; mientras que la opción con queso rallado y pimienta negra tiene ese toque salado y picantito que los hace irresistibles.
Si la idea es sumarle un poco de picor, la combinación de pimentón y ají molido es perfecta; mientras que el romero con sal gruesa resalta los aromas mediterráneos y aporta una textura crocante extra. Para quienes prefieren un perfil más saludable y nutritivo, unos grisines de harina integral con un mix de sésamo, lino y chía, son ideales.
8 Tips para no fallar en la receta de grisines caseros saborizados
- Elegir harina de buena calidad: Puede ser harina 000 o 000 dependiendo la textura que se esté buscando. También se pueden de harina integral.
- Agregar una pizca de azúcar: Para activar la levadura y potenciar el sabor.
- Usar aceite de oliva en la masa: El aceite de oliva es una forma simple de darle más sabor a los grisines.
- Reposo: Dejar que los grisines caseros reposen antes de hornear para que tomen cuerpo.
- Darles forma: Estirarlos de forma pareja para que se cocinen al mismo tiempo.
- Cocción: Girarlos a mitad de cocción para que se doren por todos lados.
- Conservarlos: Guardarlos en un frasco hermético o en una bolsa bien cerrada, para que estos mantengan su crocantez.
- Si se ablandan: Darles un golpe de horno para revivirlos.
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Receta de grisines caseros saborizados
Rinde: 20-25 grisines
Tiempo de preparación: 90 minutos
Ingredientes
- 250g de harina 000
- 5g de sal
- 5g de azúcar
- 10g de levadura seca
- 125 ml de agua tibia
- 30 ml de aceite de oliva
- Especias y condimentos a gusto (orégano, ajo en polvo, romero, queso rallado, sésamo, pimentón, etc.)
Cómo hacer grisines caseros fáciles paso a paso
- En un bol grande, mezclar la harina con la sal y las especias o condimentos elegidos.
- Disolver la levadura en el agua tibia con azúcar y dejar reposar unos minutos hasta que haga espuma.
- Agregar la levadura activada a la mezcla de harina y comenzar a integrar.
- Incorporar el aceite de oliva y amasar unos 10 minutos, hasta obtener una masa lisa y homogénea. Tapar y dejar reposar 30 minutos para que se relaje.
- Sobre una superficie enharinada, estirar la masa en forma rectangular hasta que tenga unos 3 mm de grosor. Cortar tiras largas de aproximadamente 1 cm de ancho (se pueden enrollar un poco para darles la forma típica).
- Colocar las tiras sobre una placa para horno previamente aceitada o con papel manteca. Tapar un con paño y dejar reposar 15 minutos más.
- Llevar al horno precalentado a 180°C y hornear entre 15 y 20 minutos, girándolos a mitad de cocción para que se doren parejo.
- Retirar del horno y dejarlos enfriar sobre una rejilla para que queden bien crocantes.
