Cómo hacer Figacitas de Manteca iguales a las de panadería

¡Atención panaderos y panaderas del equipo de Paulina Cocina! Si hay algo que nos gusta en Argentina (además del mate, claro) son las figacitas de manteca. Este pancito esponjoso es un clásico para comer sanguchitos, untarles mermelada o para cualquier picada pre-asado.

Por eso estamos acá, para contarles cómo hacer figacitas de manteca y que queden iguales a las que trajo mi tía Irma en el último asado. Perfectas como las de la panadería de tu barrio.

Además de la receta de figacitas de manteca, vamos a compartir todos los tips para conservarlas, formas de prepararlas, secretos para que queden bien esponjosas y suaves, y algunas ideas para innovar y darles unos toques extra de sabor. ¡A la masa!

Sobre las Figacitas de Manteca

¿Qué son exactamente las figacitas de manteca? Se trata de un pan chiquito, redondito pero aplanado y suave. Las figacitas se caracterizan por su miga esponjosa y su delicado sabor a manteca.

Son ideales para acompañar la comida, para un sándwich de bondiola desmechada (pulled pork), para comer con fiambre, o para el desayuno con dulce de leche. 

Estos pancitos de manteca, también conocidos como pan figacita o simplemente figazas de manteca, son un clásico de las panaderías argentinas. 

Y aunque parece simple, lograr la textura y el sabor perfecto es todo un arte, por eso vamos a dejarles todos los detalles de la receta de figacitas para que salgan hermosas.

El origen de las figazas de manteca

Estos pequeños pancitos de manteca tienen su origen en la tradición panadera europea, pero como todo en Argentina, acá le pusimos nuestra impronta. Se cree que la influencia italiana, con sus panes y focaccias, jugó un papel importante, de ahí su nombre “figazza de manteca”. 

Por su versatilidad y suavidad, las figacitas de manteca se ganaron su lugar en las mesas de reuniones familiares, meriendas y hasta cumpleaños. ¿Quién no recuerda abrir una bolsita de figacitas con jamón y queso en pleno picnic o en la playa? ¡Es nostalgia hecha pan!

Características de la receta de figacitas de manteca

1. Esponjosas: La textura suave es clave. Si están duras, no son figazas de manteca.
2. Aroma irresistible: La manteca no sólo aporta sabor, sino también un perfume que llena la casa de felicidad.
3. Fáciles de hacer: Con ingredientes básicos y un poco de amor, cualquiera puede lograr unas figacitas de manteca sabrosas.
4. Versátiles: Las figazas de manteca sirven tanto para dulce como para salado. Untadas con dulce de leche o con queso crema, ¡son un manjar!
5. Tamaño justo: Ideales para una porción individual…¡aunque es probable que quieran comerse más de una!
6. Adaptables: A la receta de figacitas de manteca se le pueden agregar hierbas o especias, o incluso unas semillas o queso rallado en la superficie, antes de hornear. Un toque personal y diferente.
7. Perfectas para congelar: Si sobran pancitos de manteca (difícil, pero puede pasar), se pueden guardar y recalentar sin problemas.

El secreto de unas figacitas de manteca esponjosas

Para la receta de figacitas de manteca, como para la de cualquier pan casero, ¡La levadura es la estrella! y para eso hay que activarla bien. Se puede hacer con agua o leche tibia (nunca caliente) para que la levadura “despierte”. 

• En caso de no contar con levadura se puede hacer con polvo de hornear, pero el resultado será una miga menos esponjosa.

Otro paso clave para hacer figazas de manteca es dejar levar la masa lo suficiente. Para eso hay que tener en cuenta la temperatura ambiente. Los días fríos las masas necesitan más tiempo. Dejarlas cerca del horno al mínimo puede ayudar al proceso.

Finalmente, el amasado también juega un rol clave: hay que trabajar la masa lo justo y necesario para desarrollar el gluten. Unos 5 o 10 minutos de amasado, incluyendo algunos golpes sobre la mesada, son suficientes.

10 Tips para que la receta de figacitas de manteca salga perfecta

• Usar ingredientes frescos y de calidad: Chequear que la harina sea fresca (sí, la harina también vence), la levadura esté activa y la manteca sea de buena calidad (¡y buen sabor!).
• Respetar los tiempos de levado: Acá no hay atajos ni apuros. La levadura necesita tiempo para hacer su magia y darle a las figacitas de manteca esa miga suave y aireada que todos queremos.
• Desgasificar con cuidado: Una vez que la masa levó, hay que desgasificar suavemente. Esto significa presionarla un poco para eliminar el exceso de aire, pero sin destruirla. Este paso asegura una textura uniforme y evita que queden burbujas gigantes en la miga.
• Hacer bolitas del mismo tamaño: Para que las figacitas de manteca se cocinen de manera uniforme, es importante que todas las bolitas de masa sean del mismo tamaño. Un truco fácil es usar una balanza para pesarlas (sí, parece exagerado, pero hace la diferencia).
• El toque dorado: Antes de hornearlas, pinclar las figacitas con un poco de leche o almidón de maíz disuelto en agua, para que queden doradas y con una superficie suave. Para un toque más brilloso, se puede mezclar la leche con un poquito de manteca derretida.
• Precalentar el horno: Nunca meter las figacitas en el horno frío. Precalentar a 180 °C es esencial para que se cocinen de manera pareja y no pierdan su forma. Un horno caliente desde el inicio les dará ese dorado perfecto por fuera y la esponjosidad por dentro.
• Colocarlas con espacio entre sí: Las figacitas de manteca necesitan espacio para expandirse mientras se cocinan. Si se colocan demasiado juntas, podrían pegarse y perder su forma. Dejar al menos un dedo de separación entre cada una en la bandeja.
• No cocinarlas de más: Un error común es dejarlas en el horno más tiempo del necesario, lo que puede secarlas. El tiempo ideal es entre 15 y 20 minutos, dependiendo de su tamaño. Cuando estén apenas doradas en la parte superior, sacarlas del horno.
• Dejarlas enfriar sobre una rejilla Para evitar que la base de las figacitas de manteca quede húmeda, colocarlas sobre una rejilla apenas salen del horno. Esto permite que circule el aire y queden perfectas por todos lados.
• Conservarlas bien: Si no se van a comer todas las figacitas de manteca el mismo día lo mejor es guardarlas en una bolsa de plástico bien cerrada o en un tupper hermético para que se mantengan suaves. Para que duren más se pueden congelar y recalentar en el horno o microondas.

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Receta de figacitas de manteca

Rinde: 20 figacitas

Tiempo de preparación: 2 horas y 20 minutos.

Ingredientes

• 500 g de harina 0000
• 10 g de sal
• 20 g de azúcar
• 50 g de manteca (a temperatura ambiente, casi pomada)
• 15 g de levadura fresca (o 5 g de levadura seca)
• 250 ml de agua o leche tibia
• Leche para pintar (o 1 cucharada de almidón de maíz disuelto en agua)

Cómo hacer figacitas de manteca paso a paso

1. Disolver la levadura en el agua o leche tibia con el azúcar. Dejar reposar 10 minutos hasta que espume (se forman burbujas).
2. En un bol grande, mezclar la harina con la sal. Hacer un hueco en el centro y agregar la mezcla de levadura y la manteca a temperatura ambiente. Integrar todo de afuera hacia adentro con las manos o una espátula rígida, hasta formar un bollo.
3. Amasar unos 8-10 minutos hasta obtener una masa lisa y homogénea. Dejar levar la masa cubierta con un paño húmedo por 1 hora o hasta que duplique su tamaño.
4. Desgasificar la masa y formar bolitas del tamaño deseado, tratando de que sean parejas. 
5. Colocar las figacitas en una placa enmantecada, aplastándolas ligeramente y dejando un dedo de espacio entre ellas. Dejar levar nuevamente por 30 minutos.
6. Pintar con leche o con la mezcla de almidón y agua. Hornear a horno precalentado en 180 °C por 15-20 minutos o hasta que la superficie esté ligeramente dorada. 
7. Dejar enfriar sobre una rejilla y disfrutar con los ingredientes elegidos.