Un día me levanto y digo: voy a grabar un video de cocina y lo voy a subir a internet. Okey ay qué inspirada dirán pero era 2009 y no había videos de cocina en internet. Al menos yo no los había visto. Era una idea loca.
Estaba en Barcelona, cursaba un doctorado en Sociología. Grabé una intro que todavía pueden ver en mi canal y una conserva de morrones que hago hasta el día de hoy. Ese video nunca lo edité porque yo parecía una momia, de verdad, insufrible. Ahora háganme un favor, vayan a mi canal de youtube y pongan el primer video. Es un pastel de papas. Bueno, verán que mi desempeño como estrella del internet no es, digamos, inspirado. Deja bastante que desear. Bueno, imagínense como era el video de la conserva de morrones. Debería buscarlo.
No me pregunten por qué yo hice una receta por semana. La grababa, la editaba, la subía a youtube, la embebía en este blog. ¿Quién veía mis videos? Ni idea. ¿Cuántos suscriptores tenía? No sabía lo que era un suscriptor en ese entonces. ¿En Instagram como me iba? No existía instagram. ¿Conocías a otros youtubers?, ¿Qué es un youtuber?. Y la pregunta más importante; ¿Por qué subía un video semanal sin falta? Jamás lo sabremos, pero sí puedo decirles que la constancia, en este oficio, lo es todo.
Un día abandoné Paulina Cocina. No porque no quisiera hacerlo más sino porque la (absurda) exigencia del video semanal no me dejaba dedicarme a aquello que yo creía que era lo más importante: mi trabajo, el doctorado.
En el medio me pintó tener hijos.
Volví a Argentina. ¿Saben qué hice el día anterior a tomarme el avión de vuelta? Me compré una cámara. Ah pero yo venía con mi currículum divino a buscar trabajo… cómo no me di cuenta.
Al poco tiempo de llegada y después de años, reactivé un proyecto que estaba ahí esperando el momento: Paulina Cocina. ¿Se acuerdan lo de la constancia del video semanal?. Bueno, dos videos semanales, casi una receta diaria en el blog, publicaciones en página de Facebook todo frenético, todo a lo loco, todo aprendiendo: cómo fotografiar, cómo iluminar, qué es una palabra clave y cómo posicionarla en google… una loca. Si no hubiera tenido dos hijos pequeños diría que no pensaba en otra cosa.
¿Saben cómo decidía qué comer en aquella época? Según las keywords. Haré milanesas, a ver qué tiene más búsquedas “milanesa napolitana”, “milanesas con papas fritas”, “milanesa rellena”... Mi marido decía que comíamos palabras clave.
Diez mil seguidores que en aquel entonces eran como los 10 millones de hoy. No ganaba nada, nada, ni un mango. Era tan feliz haciendo Paulina Cocina que entendí que debía intentar vivir de esto, o no iba a poder sostener el nivel de dedicación. Pero sobre todo, entendí que debía intentar vivir de esto porque ya no podría hacer otra cosa.
Llegó Instagram, los youtubers nos pusimos de moda, me empezaron a decir influencer, las marcas quisieron que muestre sus productos, llegaron los vlogs con ve corta, los videos cuadrados de un minuto, las editoriales me ofrecieron publicar libros, llegaron las stories de 15 segundos, una tienda online propia, los Tiktoks…
Participé desde dentro de cada uno de estos mundos, siempre con un par de buenas recetas bajo el brazo y de consejos que sabía que iban a ayudar a cualquiera a sobrevivir comiendo cosas ricas en un mundo que no nos da mucho espacio para relajarnos y cocinar.
Soy consciente que si leyeron hasta acá pensarán que esto es mi gran pasión. Y no. Mi gran pasión en la vida es otra y me acompaña desde niña. Si hacen un esfuerzo capaz la adivinan ;)
En fin, creo que se entendió: soy Paulina Cocina y tengo tres hijos: una nena, un nene y un blog de cocina.
En la cocina del Infierno, los condenados lavan rúcula. La rúcula es tierna y fresca, pero está muy sucia. Tiene muchas hojitas bebés que los condenados lavan una por una. A la una, cuando suena el
Así siempre sale bien. Impresiona con este jugoso Matambre al Horno, una receta infalible para que siempre salga perfecto. Olvídate de intentos fallidos y sigue estos pasos sencillos para lograr un resultado exquisito en cada ocasión. Acompáñalo con tus guarniciones favoritas y convierte tus cenas en momentos memorables.
¿De verdad te parece que vas a conmover a tu enamorad@ con esas galletitas con forma de corazón? Haceme el favor, Marta… Si no sabes qué comer en San Valentín, aquí debajo te dejo el menú