Aprende a hacer Chipirones Fritos: dorados, crujientes y sabrosos 

¡Hola lectores y lectoras de Paulina Cocina! Hoy nos convoca una nueva receta bien veraniega, de esas que nos hacen sentir los pies en la arena. Vamos a hablar de los chipirones fritos, una tapa que nos encanta, porque es fácil de hacer, tiene crocancia y un sabor increíble ¿Qué más se le puede pedir? 

En esta nota aprenderemos no sólo cómo hacer los mejores chipirones fritos, sino también algunos datos sobre su preparación, cómo limpiarlos, qué diferencias tienen con sus parientes, los calamares, y con qué acompañarlos para aprovechar al máximo este plato. 

Al final de este post, como ya es costumbre, encontrarán la receta de chipirones fritos para hacer en casa. Así que vayan calentando el aceite porque este plato se hace rápido…y se come rápido.

Sobre los Chipirones Fritos

Los chipirones fritos son una versión más pequeña y tierna de los clásicos calamares fritos (rabas). Los chipirones son calamares jóvenes, con una textura más suave y sabor más delicado. 

Se pueden disfrutar como chipirones en su tinta o en salsa de tomate, o como la receta que nos convoca, rebozados y fritos. Crujientes por fuera y jugosos por dentro, con un toque de limón, para resaltar su frescura.

Estos pequeños mariscos son como joyas del mar, y cada bocado nos hace viajar directamente a algún chiringuito playero (aunque estemos en un departamento en pleno centro). Y es que no sólo son sabrosos, sino que tienen ese toque de sencillez que los hace irresistibles y qué difícil es parar de comerlos.

Origen de la receta de chipirones fritos

La receta de chipirones fritos tiene un origen bastante difuso, ya que, como muchas otras joyas gastronómicas españolas, surge en diferentes puntos de la costa casi al mismo tiempo. Se dice que los pescadores solían freír los chipirones que capturaban en sus redes para aprovecharlos al máximo. Y claro, de ahí a la fama fue un paso.

Hoy en día, encontramos chipirones rebozados en cualquier buen chiringuito de playa, especialmente en la costa andaluza y gallega, aunque se han extendido por todo el país. Cada región tiene su toque particular, y aunque el concepto base es el mismo (chipirón, rebozado y aceite caliente), los matices de sabor y textura pueden variar según el lugar y las manos que los preparen. 

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Calamares y chipirones: tíos y sobrinos

Ahora sí, la eterna pregunta: ¿qué diferencia hay entre calamares y chipirones? Aunque ambos pertenecen a la familia de los cefalópodos, la principal diferencia radica en la edad y el tamaño. 

  • El chipirón es un calamar joven, más pequeño y tierno. Su carne es más suave y delicada, lo que lo convierte en una delicia a la hora de freírlo.

Por otro lado, el calamar adulto tiene una textura más firme y un sabor un poco más fuerte. Por eso, muchas veces se reserva para recetas como los calamares a la andaluza, y hasta unos calamares rellenos, ya que su piel más gruesa permite utilizarlos para preparaciones en las que se guisa o se cocina por más tiempo.

Características y atributos de los chipirones fritos

  1. Textura crujiente y jugosa: Lo mejor de los chipirones fritos es ese contraste entre la capa crujiente del rebozado y el interior tierno y jugoso. El truco está en un rebozado ligero que no opaque el sabor del chipirón.
  2. Sabor a mar: A diferencia de otros fritos, los chipirones rebozados no pierden su esencia marina. Cada bocado recuerda al océano, con su toque salino natural.
  3. Versatilidad: Se pueden servir como tapa, plato principal o incluso como un bocadillo. 
  4. Frescura: Se pueden usar tanto chipirones congelados como frescos, de acuerdo a la disponibilidad.
  5. Rápida cocción: Este plato es perfecto si tenemos poco tiempo y queremos algo rico. Solo necesitan unos minutos en aceite caliente para estar listos.
  6. Acompañamiento ideal para una bebida fría: No hay tapa que mejor se lleve con una cerveza, caña o un vermut. La combinación es sencillamente perfecta.
  7. Perfectos para compartir: Los chipirones fritos están hechos para disfrutar con amigos o familia y pasar un buen momento.

5 Consejos: La mejor forma de preparar chipirones rebozados

Para lograr unos chipirones rebozados de lujo, hay que tener en cuenta varios detalles: 

  • La limpieza y el secado: No estamos hablando de ropa, sino de los chipirones. Hay que lavarlos y retirarles la piel. También se pueden dejar las tripas, o no, pero eso es a gusto del cocinero. Después es importante pasarlos por un papel absorbente para que no queden húmedos y absorban el rebozado.
  • El rebozado: Se pueden rebozar con harina común, para chipirones fritos a la gallega, hasta una mezcla de harina de trigo y harina de maíz para que queden aún más crujientes. También podemos optar por hacer chipirones a la romana, en los que el rebozado lleva huevo. Esto les da una capa más esponjosa, pero menos crujiente.
  • Por otro lado, la temperatura del aceite es clave. Tiene que estar bien caliente, pero no al punto de quemarse, porque si no, los chipirones se harán por fuera y quedarán crudos por dentro. Lo ideal es que el aceite esté entre los 170-180 grados
  • No sobrecargar la sartén: Como toda buena fritura hay que freír los chipirones rebozados en pequeñas tandas para que se doren de manera uniforme y no se empapen de aceite.
  • El limón es clave: El último toque esencial es servirlos recién hechos, acompañados de unas rodajas de limón y no dejarlos enfriar. Los chipirones fritos pierden su magia si se enfrían demasiado.

6 Acompañamientos para los chipirones fritos a la gallega

  1. Patatas fritas: Son el combo infalible. Unas patatas fritas crocantes junto a los chipirones fritos forman una pareja que nunca falla. 
  2. Ensalada fresca: Para darle un toque más ligero, una ensalada andaluza como la pipirrana es una opción liviana y puede ser el acompañamiento ideal. Además, balancea la fritura y aporta frescura al plato.
  3. Pimientos de Padrón: En la versión gallega, los chipirones fritos se suelen acompañar de unos deliciosos pimientos de Padrón. Dulces y suaves, ¡pero cuidado, que de vez en cuando toca uno picante!.
  4. Pan de hogaza: ¡El pan nunca puede faltar! Un buen pedazo de pan crujiente, como una baguette o una ciabatta (chapata), es imprescindible para acompañar estos chipirones.
  5. Salsa alioli o mayonesa: Aunque quizás no es la opción más ligera, una buena salsa alioli o una mayonesa casera puede ser el dip perfecto para mojar los chipirones fritos. 
  6. Arroz blanco: En algunas zonas, los chipirones fritos también se sirven con un poco de arroz blanco como base, lo que hace de este plato una comida más completa. El arroz ayuda a absorber el exceso de aceite y equilibra los sabores.

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Receta de chipirones fritos

Rinde: 2-3 porciones

Tiempo de preparación: 25 minutos

Ingredientes

  • 500 g de chipirones frescos (pueden ser congelados)
  • 100 g de harina de trigo (para rebozar)
  • 50 g de polenta (harina de maíz) – (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra (suficiente para freír)
  • Sal a gusto
  • 1 huevo (si se hacen los chipirones a la romana)
  • Rodajas de limón (para servir)

Cómo hacer chipirones fritos paso a paso

  1. Limpiar los chipirones, retirarles las tripas y la pluma interna (ese filamento transparente que tienen). Lavar bien los chipirones bajo agua y déjalos escurrir sobre papel de cocina para que pierdan toda la humedad. Si se usan chipirones congelados, descongelarlos previamente en el refrigerador y secarlos muy bien antes de cocinar.
  2. Una vez que los chipirones estén bien secos, pasarlos por una mezcla de harina de trigo y polenta (harina de maíz). Cubrirlos completamente, pero sacudir el exceso para que no queden apelmazados al freírlos. Si se quieren hacer unos chipirones a la romana, este es el momento de pasarlos primero por huevo batido antes de la harina.
  3. Calentar abundante aceite de oliva en una sartén honda o en una freidora. La temperatura debe rondar los 170-180°C. Para saber si está caliente, probar echando un poco de harina: si chisporrotea al instante, el aceite está listo.
  4. Añadir los chipirones en pequeñas tandas para evitar que la temperatura del aceite baje. Freírlos durante unos 2-3 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes por fuera. No cocinarlos demasiado tiempo, ya que podrían quedar duros y gomosos.
  5. Una vez fritos, sacarlos con una espumadera y colocarlos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Espolvorear un poco de sal fina a gusto mientras están calientes.
  6. Servir los chipirones fritos con unas rodajas de limón para exprimir por encima. Y a disfrutar.
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